¿Se acuerdan de cuando la Puerta de Bejanque lucía de esta manera? Afortunadamente, en la última década del siglo pasado se apostó por rescatar el monumento y darle el esplendor que requería. En esa línea de revalorización, el Ayuntamiento de Guadalajara ha emprendido uno de sus proyectos más ambiciosos de los últimos años: el Eje Cultural que contempla la reforma integral de las calles Ramón y Cajal e Ingeniero Mariño, conocidas ambas bajo el nombre de la "Calle Zaragoza". El proyecto no sólo pretende reordenar el tráfico y mejorar la accesibilidad de los peatones, sino que también busca unir monumentos  y edificios significativos como el Palacio del Infantado, la Capilla Luis de Lucena y la Concatedral, el Puente de las Infantas o el Torreón del Alamín.

Los principales objetivos de este proyecto son:

-Reordenar el tráfico: tras la ejecución de las obras, por Ramón y Cajal e Ingeniero Mariño sólo se podrá discurrir en dirección al Infantado, por lo que habrá que cambiar el sentido de otras calles adyacentes. Además se crearán nuevas glorietas, como la que unirá la calle Salazaras con Doctor Creus.

-Ampliar el espacio para los peatones: este objetivo será especialmente visible en la gran plaza "peatonalizada" que unirá la Santa María con el aparcamiento provisional de González de Mendoza, ya que no exisitirá una calle que separe ambos espacios.

-Dar protagonismo y vistosidad a los monumentos y edificios emblemáticos situados en este Eje Cultural.

-Renovar las redes de saneamiento y alumbrado público.

Este es el aspecto que presentará el casco histórico cuando finalicen las obras:

Respecto al Museo Sobrino, edificio que data de 1883 y fue diseñado por el arquitecto Mariano Medarde de la Fuente, poco se sabe, ya que parece ser que las obras se encuentran paralizadas. Este edificio ha albergado entre sus paredes diferentes servicios municipales, como el matadero, el parque de bomberos o la brigada de obras.